Sólo éramos dos juguetes finjiendo quererse algunas noches. Nos unía la revolución y nos separó el orgullo.
Me di cuenta de que fingir costaba cada vez menos, ya apenas me esforzaba.
Verle luchar me inspiraba para luchar más fuerte.
Ya no fingía.
¿Y ahora qué hago yo? Seguiré luchando, mi voz sonará tan alto que, no oirás un simple grito, admirarás la guerrera en la que me habré convertido.
Mientras yo esté derramando lágrimas escondida por ti, tú te arrepentirás de mi humillación.
Eres imbécil, imbécil.
Teníamos que estar juntos en el frente de la batalla, pero has preferido escupirme y cambiar de sitio.
No importa, sé apañármelas sola.
Me di cuenta de que fingir costaba cada vez menos, ya apenas me esforzaba.
Verle luchar me inspiraba para luchar más fuerte.
Ya no fingía.
¿Y ahora qué hago yo? Seguiré luchando, mi voz sonará tan alto que, no oirás un simple grito, admirarás la guerrera en la que me habré convertido.
Mientras yo esté derramando lágrimas escondida por ti, tú te arrepentirás de mi humillación.
Eres imbécil, imbécil.
Teníamos que estar juntos en el frente de la batalla, pero has preferido escupirme y cambiar de sitio.
No importa, sé apañármelas sola.
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