sábado, 22 de abril de 2017

Por fin te escribo, por fin me despido.

Me enamoré de ti, confiaba tanto en ti que me dejé llevar sin miedo hasta enamorarme profundamente de ti. Me fallaste. Toda yo se derrumbó.

Y no te culpo. Yo también te fallé cortando poco a poco las plumas que necesitabas para volar incluso cuando mi afición favorita era verte desplegar las alas.

Te fallé y ahora me estoy fallando yo muriendo por ti cada segundo, habiendo permitido que rajases mi corazón el día de los enamorados (já, enamorados, qué ironía) y que lo destruyeses por completo al decirme que no me querías.

Me estoy fallando al no tirar este dolor permanente a la basura de una vez y por pensar que vas a ser tú quien va a venir a sanarme.

Te he escrito tanto para darte mi amor que ahora no va a ser una excepción. Te quiero, te he querido tanto que no hay palabras para explicarlo y no sé si conseguí demostrártelo a tiempo. Y te voy a querer siempre porque un amor así, es eterno.

Me estoy ahogando tratando ser fuerte, me estoy quedando sin oxígeno de tanto mirarme en el espejo y verme sin ti.

Estoy agotada de tener que levantarme otra vez cada vez que tengo una caída, ¿pero qué voy a hacer? No puedo quedarme en el suelo esperando a que me pisen.

Anoche me dormí llorando mientras te escribía y esta mañana seguía sin ti, ya no me importaba tanto. Una vez me preguntaron si conocía aquel dicho de: 10 días y 1000 noches.

Tengo, por todo el amor que siento hacia mí, que liberarme de ti, que aún me tienes envuelta.

Y tengo empezar a hacerlo por mí y no por ti como hasta ahora. No para que me veas bien, sino para sentirme bien yo, conmigo. No para no hacerte daño sino para dejar de hacérmelo yo, a mí.

No voy a dejar de ser tu amiga y tu apoyo, ni al haber sido tan egoísta porque sí, lo has sido, y voy a guardar siempre en mi memoria el rencor que te tengo, aunque lo deje a un lado por todo lo que has sido y espero que seas.

Estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano manteniéndote a mi lado, pero es que también lo estaría haciendo si estuvieras lejos.

Ya estoy empezando a hacer mi vida sin ti, me siento rara, una extraña en el mundo, y da igual, tengo que continuar aunque se me caigan las lágrimas.

Tengo que darle tiempo al tiempo para dejar de pensar en ti cada momento de MI vida, disfrutando del camino de este desamor tan doloroso que me ha dejado descubrir todo lo que se puede sentir por alguien.

No olvidaré nuestro lecho, eso seguro, nadie comerá mi sexo ni mis pechos ni me hará el amor igual que tú, nadie.

Ese 14 de febrero al tal Valentín se le escapó una flecha de plomo y dejé de ser yo para ser dolor. Ahora tengo que rehabilitarme.

Me despido, amor, gracias por haberme hecho la más feliz, ahora lo haré yo.

lunes, 6 de febrero de 2017

Desde el primer día

Me enamoré de ti el primer día sin saberlo. Escuché tu voz hablar de lucha y te miré a lo lejos ruborizada. Me presenté y te miré a los ojos… desde entonces ya no he podido dejar de pensar en ti. Aquella mañana temprano me rozaste la mano… me quedé desconcertada, ¿qué fue aquello que sentí?

Encerradxs protestando, algo me hacía querer estar cerca de ti, también aquel día de la república. No pude negarme el día siguiente a verte. Me encontraba a gusto y sufría a la vez porque sólo quería besar tus labios, y envuelta en nervios lo hicimos, nos besamos.

“¿Hablamos mañana?” Dijiste. Felicidad. Felicidad y miedo a la vez, pero un miedo con ganas, ganas como hacía años que no tenía. ¿Qué me estaba pasando? Me estabas pasando tú, mi amor, me estaba pasando lo más bonito que me ha ocurrido jamás hasta ahora. Me lancé (queriendo) a un túnel que resultó llegar a un paraíso de apoyo.

No sé qué clase de magia fue, pero no tuve dudas de ti. No tuve dudas de quererte, de querer apoyarte, de prestarte mis labios para reír y para llorar, de coger los tuyos, de ser contigo, de ser tu amiga, tu compañera, y caminar juntxs (a ser posible de la mano y sin soltarnos nada más que para cogernos o cogernos la cara), aunque cada uno en su carril, por supuesto, siendo libres juntxs.

Desde el primer día comencé a admirarte, a sentir orgullo, vi en ti la ilusión como en nadie. No me canso de mirarte y apreciar lo bello que eres por fuera y por dentro.  Desde el primer día disfruto de cada momento, cada gesto… y lo seguiré haciendo hasta el último día.

No podemos saber qué nos deparará el futuro, pero te pensaré bonito siempre, estoy segura. Siempre pensaré en cómo me sanan tus caricias, tu risa, tus besos… TÚ. T’estimo, ti amo,  ich liebe dich, je t’aime, Я люблю тебя , quérote, maite zaitut, I love you… no importa el idioma, pero te amo.



viernes, 20 de enero de 2017

De nuevo: una mujer rota en un enero gris

Fue un día feliz entre muchos tristes. A veces sueño con ir a dormir y no despertar a la mañana siguiente. Me siento inservible, un bulto de carga para la gente que me rodea. Poco a poco he ido perdiendo el amor que sentía hacia mí, ya apenas me queda. Estoy rota desde hace meses y aunque a veces consiga o consigan unir mis piezas, me vuelvo a romper. A veces luchando me valoro, pero a quién quiero engañar, tampoco sirvo para eso, nada se me da bien.

No consigo avanzar en mis estudios y tengo miedo, miedo de mi futuro. miedo de terminar haciendo algo que no me guste porque no me queden más opciones para sobrevivir. En realidad ni siquiera sé qué me gusta, diecinueve años no han sido suficientes para conocerme, ya me gustaría.

Para mis padres soy todo aquello que odiaron y por ello me retienen... para que no consiga encontrarme del todo, quizá, para que no llegue al límite de su extremo opuesto. Ya no sé si les tengo cariño o simplemente es que les necesito económicamente. Y sufro, sufro porque son mis padres, son quienes me han dado la vida, me han cuidado y, supongo, quieren lo mejor para mí, pero yo estoy dudando de nuestro amor porque no me sostienen cuando voy a caer ni me ayudan a levantarme. Sólo se matan porque me saque una carrera y yo en vez de compensarles por ello, sólo les llevo suspensos mientras el resto aprueban.

Y mis amigos... los de verdad. Hasta ellos me toman por tonta a veces. Mis amigos han cortado sus lazos y qué me queda. Mis amigos a los que no sé mantener, a los que no cuido y a los no tengo como antes por mi culpa, por no preguntarles 'qué tal' de vez en cuando. Un momento, ¿me lo preguntan ellos a mí? No, y preguntar siempre, agota. Dejas de preguntar y es ahí cuando empieza la distancia, cuando te sientes sola.

Al fin y al cabo sé que no estoy sola, pero ya no es como antes. Ya no sé con quién contar, ya no sé si molesto o si... no lo sé, me siento un estorbo inútil a quien la gente aguanta por pena y no porque realmente me quieran. ¿Cómo me van a querer si ni siquiera me quiero yo? Cuando ya por fin conseguía mirarme al espejo y gustarme... de nuevo no lo hago.

Igual que pierdo a la gente, pierdo todo, y si no lo pierdo, lo rompo. Soy un desastre, una torpe, nadie confía en mí ya para prestarme nada y con razón. Inútil.

Y sonrío para que nadie sospeche de mi vacío, para no dar aún más pena, para mirarme al espejo y hacerme creer a mí misma que soy feliz, pero no lo soy cuando me miro dentro. ¿Y qué? ¿Le importa a alguien? Yo que lucho por la liberación y no soy libre ni de mí misma. Necesito a alguien o algo que me ayude a valorarme porque yo sola no lo consigo.

Sólo pido perdón a quien se come parte de mis caídas, por suerte, no todas. Tengo miedo de hacerle daño con  mi dolor, de hacerle caer conmigo y llegar a la toxicidad. A veces pienso en si es mejor alejarse antes de que ocurra, pero no soy tan fuerte para hacerlo y no quiero, no.

Espero que sólo esté pasando por una mala época y que pase pronto, que de repente me despierte y sienta que sí que valgo. Me siento débil.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Hacértelo rojo, el amor.

Mi sexo en la punta de tu lengua y mi pecho agarrado por tu mano. Grito que viva a los bolcheviques mientras te cojo del pelo. Te acercas a mis labios y entras en mí, hacemos la revolución entre suspiros. Lanzo un te quiero para que como un misil llegue a tu corazón y estalle la batalla donde somos aliados del mismo frente. Somos dos proletarios del mundo unidos por las ganas de amarnos. Placer, placer, placer. Se quiebra el capitalismo en cada beso. Aplastamos el patriarcado con cada caricia. El mundo duele menos cuando estás encima, es menos triste cuando estás debajo. Nuestras risas llegan al cielo junto a Fidel y Marcos Ana. La internacional de fondo y tus susurros, mi piel erizada. Marchas fuerte como el ejército rojo y llegamos juntos hasta la victoria. Siempre.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Te mantienes en la cima como si tuvieras alas, y las tienes, se llaman seguridad.
Hace 107 días te dije cuanto te admiraba y apenas sabía de ti, y ahora cuánto más sé, más te admiro.
La fuerza con la que mantienes todo el peso que llevas encima, tu trabajo constante, tus ganas de aprender, la ilusión en tus ojos al hablar de lo que te apasiona y la esperanza que no pierdes para seguir luchando.
Sigue ahí arriba y lograrás salvar al mundo (al igual que me salvas a mí cuando resbalo).
Te quiero ahí arriba libre como un pájaro, recorriendo el cielo, picando consciencias y creando tus propios horizontes con tu risa.
Gracias por ser tuyo conmigo.

sábado, 15 de octubre de 2016

Medio añito de aventuras.

Amor, te dedico estas palabras.
No son para que se las lleve el viento, son para que se las lleve tu corazón de aquí a la tumba.
Nunca nadie me ha hecho sentir como tú haces que me sienta entre tus brazos.
Nunca nadie me ha mimado tanto, todo tu cariño me da las fuerzas que a veces me faltan para mantenerme en pie.
No te puedes imaginar lo rápido que me sanas cuando me haces reír y cómo lo haces de golpe cuando ríes tú o reímos juntxs.
Que puedo estar en silencio contigo sin que sea molesto, un silencio para disfrutarnos.
Y habiendo podido contar contigo siempre que lo he necesitado desde hace seis meses, te has ido convirtiendo en mi mejor amigo y te doy las gracias.
Gracias por estar a mi lado.
Gracias por ser la naranja que madura conmigo.
Gracias por haber aparecido luchando por lo que yo lo hacía.
Gracias por creer en lo que yo creo, por aprender de mí, por enseñarme.
No dejes nunca de ser tan desastre, no serías tú.
Yo te quiero libre, libre y con amor.
Medio añito de aventuras.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Octubre

Empezó el octubre revolucionario, pero no veo revolución alguna.
Veo a mucha gente quejarse de injusticias, pasando hambre, sin techo, viviendo entre guerras por culpa de algunxs que sólo quieren poder, oprimidxs por lxs de arriba o por lxs que creen que están arriba (pero no lo están, esa clase no es más que nadie, no más que yo, no más que tú, no), lxs pobres a merced de lxs ricxs, explotación, personas expulsadas de países por no haber nacido allí, una educación que no educa (sólo cuadra) a la deriva, mujeres maltratadas, asesinadas y denigradas.
¿Pero sabéis lo que no veo? No veo a nadie revelándose por tener la vida digna que merecemos.
A veces se escucha algún grito o se ve algún pequeño acto sin efecto alguno, no pueden solxs, necesitan la ayuda de todxs.
Estamos hundidxs en la oscuridad y yo no pienso quedarme aquí abajo. Yo voy a levantarme y a luchar para que la luz, la justicia, nos llegue a todxs. Pelead conmigo. "Proletarios del mundo, uníos."