Mariposas que del vientre han subido a mi cabeza y ahora no revolotean en la boca de mi estómago, sino que dan vueltas y vueltas,
la cabeza me da vueltas, gira.
la cabeza me da vueltas, gira.
Y bueno, que de ilusión se vive, y quién soy yo para frenar las mariposas si soy la primera que las quiere libres viviendo a su manera.
Ya se marcharán las mariposas a otra parte cuando cambie la estación, en pleno invierno necesitan proximidad para olvidar las bajas temperaturas.
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