Quedé prendada de tus labios entreabiertos mientras te observaba dormir, llegué a comprender que la perfección que creía inexistente, se hallaba ante mis ojos. Me sentía en paz en aquel escenario, abrazada a tu cuerpo desnudo como el mío, alma con alma. Apoyada sobre tu pecho sentía tus latidos, lo acariciaba. Quizá sueñes más bonito así, quizá conmigo.
Me pido vivir aquí, en tus lunares.
Me pido vivir aquí, en tus lunares.
Despierta, también quiero tus caricias, que me hagas volar y el amor, que tus labios también me gustan sólo con besarme. Quiero que te pierdas dentro de mí para sentirme encontrada y ver el universo en tus ojos como si Heracles nunca hubiera mamado de Hera.
Me pido vivir aquí, en nuestro orgasmo.
Abrázame como si no hubiera mañana, tan fuerte, tanto, que después sólo nos queden fuerzas para amarnos como no hemos dejado de hacerlo desde que nuestras manos se tocaron por primera vez aquella mañana temprano.
Me pido vivir aquí, en tu amor.