El otro día escribía "otro 14 de febrero sin que me regalen flores". Y entonces, ahí, empezó mi reflexión. ¿Por qué? ¿Por qué un 14 de febrero? Yo quiero flores cualquier día aleatorio del año. ¿O qué pasa? ¿Solo podemos cuidarnos en San Valentín? Seguí reflexionando. ¿Y por qué no puedo tener flores? ¿Acaso no tengo amigas y amigos, familia, gente que me quiere? ¿No me tengo a mí? ¿Dependo de tener pareja para que me regalen flores? No me lo puedo permitir. Así que hoy vengo aquí a reivindicar el amor y los cuidados, el de la amistad y el propio.
Los cuidados no se expresan un día al año a través de un regalo (un regalo caro) y una cena fuera (y cara). Eso es lo que nuestro enemigo más feroz, el capitalismo, ha querido que creamos y, así, hacernos caer en el consumismo absurdo de un "Día de los Enamorados". No estaréis tan enamoradas/os si solo os queréis un día, digo yo. Además, también es absurdo que se tenga que celebrar eso de tener pareja como si fuera una victoria. Que no se nos olvide: es igual de válido tener pareja que no tenerla. Lo que sí debería premiarse es lo de querernos a nosotros/as mismas, con todos los obstáculos que, de nuevo ese feo capitalismo, nos pone para hacerlo.
Las parejas se tienen que cuidar todos los días, sí, pero nunca olvidar cuidar una amistad. Ve al campito y regala flores a tus amigas/os cuando menos se lo esperen, pregúntales qué tal están o diles lo guapas/os que van, id a dar un paseo o a ver el mar, son detalles que seguro agradecerán. Ayer mismo cogí una florecilla, una pequeña sin nada especial, se la regalé a mi madre y su agradecimiento hizo esos pétalos únicos.
Abraza, acaricia, regala besos. El otro día una amiga recordó aquella frase: "Al deconstruir el amor romántico, no dejemos de lado la ternura, la ternura es revolucionaria." Y, tanto que lo es. Cuanto más nos cuidemos, más unidos estaremos para pasar las adversidades y derrotar todo lo que queremos echar abajo.
A la gente de nuestro alrededor hay que cuidarla todos los días, sí, pero no debemos olvidarnos de nosotros/as mismas. Tenemos que darnos respiros, mirarnos al espejo y sentirnos bien de quiénes y cómo somos. Tenemos que hacer cosas que nos guste hacer, que nos haga felices. Dar paseos en solitario y respirar. Porque las pausas, el no hacer lo que debemos si no lo que queremos, parar a tomarnos un café con un dulce, tirarnos en el sofá... también está bien. Nos merecemos descansos, cuidarnos, regalarnos flores a nosotros/as mismas, que bastante cargamos a nuestras espaldas soportando el peso de nuestras luchas diarias. Hay una frase que dice: "siempre estás contigo misma/o, así que es mejor que disfrutes de la compañía." Quiérete como seas, acéptate tal como eres, cuídate así, date amor.
El año pasado pasé este día rodeada de mis compañeras feministas con una charla formativa, cantando y riendo entre juegos. El anterior entre poesía. Y no pido más a la vida que poder estar con ellas en mi día a día.
Luchemos juntas/os y cuidémonos entre todas/os y vamos a dejar de querernos tanto y empezar a querernos bien.