lunes, 6 de febrero de 2017

Desde el primer día

Me enamoré de ti el primer día sin saberlo. Escuché tu voz hablar de lucha y te miré a lo lejos ruborizada. Me presenté y te miré a los ojos… desde entonces ya no he podido dejar de pensar en ti. Aquella mañana temprano me rozaste la mano… me quedé desconcertada, ¿qué fue aquello que sentí?

Encerradxs protestando, algo me hacía querer estar cerca de ti, también aquel día de la república. No pude negarme el día siguiente a verte. Me encontraba a gusto y sufría a la vez porque sólo quería besar tus labios, y envuelta en nervios lo hicimos, nos besamos.

“¿Hablamos mañana?” Dijiste. Felicidad. Felicidad y miedo a la vez, pero un miedo con ganas, ganas como hacía años que no tenía. ¿Qué me estaba pasando? Me estabas pasando tú, mi amor, me estaba pasando lo más bonito que me ha ocurrido jamás hasta ahora. Me lancé (queriendo) a un túnel que resultó llegar a un paraíso de apoyo.

No sé qué clase de magia fue, pero no tuve dudas de ti. No tuve dudas de quererte, de querer apoyarte, de prestarte mis labios para reír y para llorar, de coger los tuyos, de ser contigo, de ser tu amiga, tu compañera, y caminar juntxs (a ser posible de la mano y sin soltarnos nada más que para cogernos o cogernos la cara), aunque cada uno en su carril, por supuesto, siendo libres juntxs.

Desde el primer día comencé a admirarte, a sentir orgullo, vi en ti la ilusión como en nadie. No me canso de mirarte y apreciar lo bello que eres por fuera y por dentro.  Desde el primer día disfruto de cada momento, cada gesto… y lo seguiré haciendo hasta el último día.

No podemos saber qué nos deparará el futuro, pero te pensaré bonito siempre, estoy segura. Siempre pensaré en cómo me sanan tus caricias, tu risa, tus besos… TÚ. T’estimo, ti amo,  ich liebe dich, je t’aime, Я люблю тебя , quérote, maite zaitut, I love you… no importa el idioma, pero te amo.