El dolor sigue aquí.
Me va a estallar el pecho y esta vez no es por las mariposas, está lleno de akumas y ladybug no existe.
Estoy desesperada por escuchar tu voz y conseguir calmar esta tempestad como lo hacías.
Cada vez que cierro los ojos siento que me acaricias, pero te desvaneces al abrirlos dejando una sensación de vacío que acaba conmigo.
Me prometí ser fuerte y estar sin ti, pero me he traicionado, mi resistencia ha sido vencida por mis ganas de tenerte.
De tenerte sin tenerte porque no te tengo porque aún os tenéis y yo ya no soy nada y me engaño... como si alguna vez hubiera sido algo yo, cómplice de mis mentiras.
Sigues tu vida feliz con ella y yo rota, llorándote, guardándote luto y con rabia por lo injusto que es todo y te maldigo y me arrepiento porque igual de culpable tú por envolverme que yo por dejarme atrapar, pero qué injusto este dolor que tengo que sentir mientras tú...
¿Me echarás de menos en la cama? Ya basta, quiero que pare, he estado volviéndome loca desde que te conocí con la diferencia de que antes me devolvías la cordura y ahora...
Ahora no te tengo y te echo de menos y cuanto más tiempo pasa, más sueño con tus besos y más duele y más grito en silencio porque es insoportable. No tener nada en mi cabeza deja más hueco para ti, y cuanto más tiempo sola, más puedo partirme en pedazos y sacarlo todo fuera.
Es de urgencia la libertad para poder liberarme de ti a ratos y volver a respirar.
¿Cuánto dura el desamor? "¿Falta mucho?" Me da que vas a estar acompañándome una larga trayectoria, no sé cómo sanar.
Deseo con toda mi alma no tener que pasar esto y que simplemente volvieras a mí.
Sigue siendo ridículo todo lo que te quiero.