miércoles, 2 de noviembre de 2016

Te mantienes en la cima como si tuvieras alas, y las tienes, se llaman seguridad.
Hace 107 días te dije cuanto te admiraba y apenas sabía de ti, y ahora cuánto más sé, más te admiro.
La fuerza con la que mantienes todo el peso que llevas encima, tu trabajo constante, tus ganas de aprender, la ilusión en tus ojos al hablar de lo que te apasiona y la esperanza que no pierdes para seguir luchando.
Sigue ahí arriba y lograrás salvar al mundo (al igual que me salvas a mí cuando resbalo).
Te quiero ahí arriba libre como un pájaro, recorriendo el cielo, picando consciencias y creando tus propios horizontes con tu risa.
Gracias por ser tuyo conmigo.